Todo para la resiembra/siembra del césped

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La resiembra del césped se hace cuando empieza la primavera y otoño, esta es la época perfecta para realizarla. Lo primero que tendrás que hacer es escarificar el terreno, pero solo en las zonas que están faltas de césped. Lo ideal es hacerlo manualmente con una herramienta para tal fin. Posteriormente, añade arena de sílice en los agujeros que has hecho, la tierra drenará mejor y las semillas germinarán. Esto se conoce como recebado.

Antes de comenzar con el proceso de la resiembra, hay que preparar el jardín para obtener mejores resultados. De este modo el césped debe estar sin regar ni fertilizar durante unos días antes. También, hay que cortar el césped bastante bajo, quitar las malas hierbas y, entonces, se podrá escarificar y después recebar.

Una vez hecho esto, ya se pueden añadir las semillas para arreglar las zonas despobladas del césped. Después bastará con regar de manera abundante para que las semillas se empapen bien de agua.

Ahora solo queda esperar y disfrutar de un césped como nuevo.

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Sabia que….

…si espera a verla ya no podrá combatirla? La procesionaria debe tratarse antes de que aparezca y la fecha óptima es el mes de septiembre. Garden Center Navarro le aconseja que lo haga con Bacillus Thuringiensis, que es una bacteria que produce toxinas insecticidas. Luche con la procesionaria con productos biológicos.

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Mejora del Suelo

Cada jardín tiene un tipo diferente de suelo, ideal para algunas plantas pero hostil para otras. Sin embargo. la mayoría de las personas desea cultivar plantas de ambientes diferentes y no solo aquellas que se adaptan al tipo de suelo que tienen en su jardín. Cuanto mejor sea el suelo, más sencillo será cultivar una amplia variedad de plantas bellas y productivas.

Conocer el suelo
Para mejorar el suelo hay que identificar, en primer lugar, si es básicamente arcilloso, calcáreo, arenoso o bien una mezcla. Se puede realizar una prueba para determinar su contenido químico y su acidez/alcalinidad. Existen pehachímetros de uso sencillo que permiten lecturas razonablemente precisas. Existen cuatro categorías principales de suelo:

Los suelos calcáreos, formados a partir de la descomposición de piedra caliza, son fuertemente alcalinos. En ellos se desarrollan muy bien fucsias, claveles y adelfas, pero las plantas que aman la acidez como azaleas, rododendros y la mayoría de los brezos, no soportan este tipo de suelo. Se trata de suelos que suelen tener poco mantillo y no retienen bien el agua ni los nutrientes. Requieren, por tanto, la aplicación regular de materiaorgánica y fertilizante.

Los suelos arcillosos están formados por diminutas partículas minerales que tienden a apelmazarse. Resultan difíciles de trabajar porque tienen un drenaje pobre y están mal aireados. Cuando la arcilla se seca forma terrones y se rompe. Para obtener las máximas ventajas de su fertilidad natural, hay que mejorar el drenaje y la aireación con musgo, corteza desmenuzada, arena etc.

Los suelos arenosos son ligeros y fáciles de trabajar. Aunque se calientan rápidamente en primavera, ofreciendo un buen adelanto a las plantas, drenan con tanta facilidad que los nutrientes son arrastrados por el agua. Necesitan abundante materia orgánica y fertilizante.

Los suelos turbosos tienen un buen drenaje, un buen equilibrio de partículas de arena y arcilla, y un alto contenido de humus. son los más sencillos de cultivar ya que retienen perfectamente el agua y los nutrientes.

Suelos ácidos y alcalinos
La acidez o alcalinidad de un suelo se mide por su pH. Un elemento neutro, como el agua pura, tiene un valor de 7. Cualquier medición por encima de esa cifra señala alcalinidad y, por debajo, acidez. Un pH entre 6,5 y 7 es idóneo para una amplia gama de plantas. Los suelos moderadamente ácidos tienen un pH6, y los moderadamente alcalinos, un pH7,5. Leer más